PLANETESIMALES (solo 3)

Sostener un meteorito en la mano humilla el alma. Abrazas instantáneamente la inmensidad de nuestro universo. Se cree que los meteoritos de hierro son muestras de núcleos metálicos y charcos de fusión que se formaron en diversos cuerpos planetarios.

Lo que comenzó como restos fundidos de núcleos planetarios es ahora una billetera. Vale la pena detenerse en ese pensamiento.

La datación radiométrica sitúa la edad de cristalización del metal de hierro y níquel entre 4 y 4.500 millones de años. Durante su viaje a través del vacío del espacio oscuro, los científicos calculan que el fragmento de metal principal tardó 1.000 años en enfriarse incluso 1 grado Celsius. Después de estos 4 mil millones de años de viaje, un meteorito se precipita hacia la Tierra y se convierte en una bola de fuego fundida a medida que penetra en la atmósfera antes de golpear la superficie de nuestro planeta hace decenas de miles de años.

En Bejeti, hemos descubierto los antiguos secretos de un fragmento sin vida de una aleación de hierro y níquel, lo hemos formado y le hemos dado aliento. El resultado es literalmente una creación fuera de este mundo: las primeras carteras de meteoritos del mundo.

Se pueden discernir “huecos” en el material mismo, mientras que la oxidación de áreas con alto contenido de hierro permite vislumbrar la edad del meteoro. Miles de millones de años de viaje a través del tiempo y el espacio se han perfeccionado ahora en un logro supremo de la ciencia, la ingeniería y el diseño artístico.

La humanidad no necesitaba techos pintados por Miguel Ángel. O restaurantes con estrella Michelin. Rascacielos surgidos de islas, automóviles de diseño y billeteras hechas de núcleos planetarios: no necesitamos nada de eso para sobrevivir. Pero ¿dónde está la diversión de simplemente sobrevivir?